Esto va de fotos.

Otoño, quién te ha visto y ojalá verte pronto. 

In fraganti. 

Escalarte me cuesta pero si caigo será de placer. 

Deja huella. 

Ya me hago trizas yo sola, no necesito a nadie. 

Como volando, como tocando las nubes. Me siento flotando. Como volando, como tocando las nubes. Me siento flotando, pero me estoy cayendo, nada más. A veces me creo alguien ahí arriba, lo de sentirme viva va con el personaje. Luego cierro yo el bar y se me olvida, carteles de salida y heridas bajo el traje. La soledad cuando se encienden las luces, el silencio después de las voces. Suerte a quien aún cree en los finales felices, ojalá que el ego no se los destroce. Yo creo en lo eterno, detesto los relojes.  Crié cuervos, me arrancaron los ojos. Y que, los miré con otros rostros. Me mataste por dentro y ahora solo quedan ascuas. Me hice la tonta, ¿sabes? Acumulo derrotas que a veces irritan. Y como volando me siento y como todo en la vida, cuanto más alto más grande es la caída. Así nos cueste la vida, gozaremos de ella.  Como volando, como planeando. Como saldar esta deuda, el destino reclama los plazos. Mi ángel caído, a tiempo estamos de coger el vuelo. Si tengo...

La cuesta de la muerte. 

Puede que no me guste pero también siento, que no se olvide. 

Ni tu compañera ni tu fan.  - Ira. 

Flamencos rosas, y otras cosas. 

Pendiendo de un hilo. 

Se va a caer el sistema al suelo, bocabajo. Se va a caer si me sigues besando tan alto. Ya no hay marcha atrás, la rueda sigue girando. Me mira y no sé, forma huracanes en mis adentros. Cuando lo hacemos muy lento, no hay quien controle el incendio. Que le den por culo al mar, solo quiero el azul de tus ojos. Y no dejar de molestar para los que fuimos un estorbo, seremos lo que nunca quisieron que fuéramos. Seremos poesía, seremos veneno, la primavera que nunca detuvieron.  - Se va a caer de Kamikazes. 

Donde las calles no tienen nombre. 

Con calma. 

Me faltan piezas. 

¿En manos de quien está la suerte? 

Wisteria sinensis. 

Me he perdido tantas veces que ya es hasta fácil encontrarme. 

Me consideras de hielo pero no soy tan difícil. 

La música ya no me ayuda a escribir, ya no me despeja. Los nubarrones de mis pensamientos son cada día más oscuros y temo que estalle la tormenta.  Que caiga la lluvia de mis ojos.  Los surcos en mis mejillas, los dibujaré en un mapa. Para seguirlos hasta el final de los versos, hasta el límite de las palabras, hasta donde el sonido se ahoga y no pueda escucharme.  Escucharte.  Escuchar tu silencio, el que duele más que las excusas, las disculpas. No más.  Porque los desastres pasan factura y yo ya no puedo seguir de pie.  Voy a pasarme al country, y escuchar canciones sobre el whisky que bebería para olvidarte. - Lucía S. 

Un caracol al sol. 

Porque en los detalles habita el diablo. 

No nos entendemos. 

Se me hizo de noche pronto, aún recuerdo el ruido de aquella ciudad. Olvidé lo que buscaba, solo tenía claro que iba corriendo a la deriva sin freno hacia el desastre. Que caminaba solo sin saber muy bien a donde ir. Quería huir de una esencia inhabitable. He intentado guardar equilibrio mientras caigo en un abismo sin mirar. Nos fascina tanto lo salvaje que la furia nos quiso dominar. Somos ríos buscando en la tierra un camino inexorable hacia el final.  Como una bala voy luchando contra el viento y te digo la verdad, ahora veo que ya no me queda aliento. Busco la luz como si fuera un árbol, solo encuentro oscuridad. - Sombras de Desakato. 

Erica vagans. 

La tierra llama pero el agua arroya. 

Y es que por Toledo yo me entretengo. 

Madriz. 

Un trago por los maestros, esos que en sus trece aún conservan la memoria de la historia, en el exilio y sus caminos.  Un trago por los cantantes, esos  que no hacían gracia p ues cantaban contra el dueño de sus sueños y  sus delirios clandestinos.  Cientos de vidas sin nombre que d espués de siglos de golpes en el panal h oy salen como un tornado, m ás de un millón de aguijones para empezar a  darle luz a la noche, a l a noche más larga.  Después de siglos de golpes en el panal, h oy se ilumina la noche.  Un trago por las mujeres,  esas que en talleres s e tragaron la saliva con espinas, a rtesanas del silencio. Un trago por los ausentes, desaparecidos, poema ríos emigrantes, redoblantes de calvario.  - Siglos de golpes de Ciudad Jara. 

Radiopatio.